Balance vida /trabajo: Lo vital de trabajar y lo trabajoso de vivir

Alguna vez la falta de tiempo te obligó a dejar para mañana una tarea impostergable?

Alguna vez sentiste un grado de ansiedad tal que te impidió dormir y te hizo levantar a medianoche para completar obligaciones pendientes?

Muchas veces pensamos que las circunstancias externas de las que somos víctimas (jefes que no nos dan respiro, escasez de personal, demasiadas responsabilidades) nos impiden mejorar la relación vida/trabajo.

Y creemos firmemente que son esas circunstancias y solo ellas las que no nos permiten tener más tiempo libre para disfrutar de la vida.

Pero qué pasa cuando en realidad somos nosotros mismos los que no nos lo permitimos?

Muchas veces nos lanzamos a la vida laboral a una edad más o menos temprana en una carrera vertiginosa para llegar a nuestras metas, postergando todo lo demás.

Esto nos pone en el rol de la persona “responsable” que sabe manejarse ante cualquier circunstancia y que no puede darse el lujo de desviarse un ápice de su camino

Y en ese caso, lo que genera el quiebre en la relación vida/trabajo no es tanto la carga laboral en sí misma sino la necesidad de ser fieles a esa imagen tan fuerte que nosotros mismos hemos creado.

Si pudiéramos integrar el disfrute y la alegría a nuestra personalidad, sin relegar ni condenar el aspecto eminentemente racional que nos ha llevado hasta el lugar del cual nos sentimos orgullosos, podríamos comenzar a vivir de forma más plena, haciéndonos conscientes de nuestras necesidades.

El primer paso para comenzar a adquirir esa conciencia es tomar contacto con las emociones que vamos sintiendo en el día a día para preguntarnos que nos indican las mismas.

Una vez que lo hayamos conseguido, podremos comenzar a utilizarlas a nuestro favor como indicador de lo que realmente sentimos para, por último, actuar en consecuencia.

Y tomar estas acciones será ni más ni menos que,como dijo el filósofo jean Paul Sartre, lo que hacemos con lo que han hecho de nosotros